La transición verde amenaza los derechos de los samis, dice Amnistía Internacional
La transición verde, que implica el desarrollo de energías renovables y la extracción de minerales, amenaza los derechos de los pueblos samis en el Ártico, afirma este viernes en un informe Amnistía Internacional.
Los samis son considerados como el último pueblo indígena de Europa y tienen una población de cerca de 100.000 personas repartida entre Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia.
Muchos viven de la cría tradicional de renos que requiere grandes extensiones de pastizales.
"El cambio climático amenaza la cultura y la existencia de los pueblos indígenas samis", alertó Amnistía Internacional en el informe "Transición justa o 'colonialismo verde'", realizado en conjunto con el Consejo de los Samis.
El informe señala que los riesgos vienen del impacto directo por el cambio del clima y también de las consecuencias que provocan los proyectos energéticos y de extracción en la región donde vive este pueblo, en nombre del denominado desarrollo "verde" y la transición hacia las energías "limpias".
El informe cita el caso de un parque eólico en Fosen, Noruega, donde se instalaron 151 turbinas en tierras utilizadas por los samis para sus renos.
Además, Amnistía Internacional destacó conflictos vinculados a la explotación de una mina de níquel en Rönnbäck en Suecia y las actividades de exploración en Käsivarsi en Finlandia.
La oenegé y el Consejo de los Samis exigen a las autoridades de los países nórdicos que aumenten las consultas y que cuenten con el acuerdo de la población para la construcción de infraestructura que pueda lastrar de forma significativa sus derechos.
M.Sugiyama--JT