The Japan Times - Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera

EUR -
AED 3.824588
AFN 79.136766
ALL 98.140077
AMD 415.198572
ANG 1.877
AOA 951.206991
ARS 1090.486799
AUD 1.659721
AWG 1.8769
AZN 1.77027
BAM 1.950501
BBD 2.102797
BDT 127.004944
BGN 1.953324
BHD 0.39241
BIF 3035.319506
BMD 1.041276
BND 1.409278
BOB 7.196276
BRL 6.188404
BSD 1.041475
BTN 90.0418
BWP 14.404795
BYN 3.408257
BYR 20409.00937
BZD 2.092026
CAD 1.498131
CDF 2962.430314
CHF 0.943919
CLF 0.037409
CLP 1032.216479
CNY 7.572367
CNH 7.581864
COP 4431.930925
CRC 523.779474
CUC 1.041276
CUP 27.593814
CVE 110.686698
CZK 25.153579
DJF 185.055798
DKK 7.460576
DOP 63.945061
DZD 140.671177
EGP 52.386801
ERN 15.61914
ETB 131.252866
FJD 2.409304
FKP 0.857581
GBP 0.845332
GEL 2.978331
GGP 0.857581
GHS 15.826542
GIP 0.857581
GMD 76.012826
GNF 9013.2845
GTQ 8.050129
GYD 217.785169
HKD 8.109879
HNL 26.555912
HRK 7.684146
HTG 136.001156
HUF 410.658428
IDR 16916.257323
ILS 3.689343
IMP 0.857581
INR 90.03044
IQD 1364.071545
IRR 43837.718673
ISK 146.1015
JEP 0.857581
JMD 163.41602
JOD 0.738683
JPY 163.003944
KES 134.845315
KGS 91.059658
KHR 4197.383338
KMF 492.107326
KPW 937.148505
KRW 1495.704412
KWD 0.321027
KYD 0.867938
KZT 542.528625
LAK 22699.816611
LBP 93225.179411
LKR 311.006529
LRD 202.997191
LSL 19.253261
LTL 3.074617
LVL 0.629857
LYD 5.117886
MAD 10.409115
MDL 19.423137
MGA 4914.822946
MKD 61.54156
MMK 3382.023792
MNT 3538.25592
MOP 8.354362
MRU 41.526221
MUR 48.367306
MVR 16.046045
MWK 1808.174035
MXN 21.340061
MYR 4.618578
MZN 66.548137
NAD 19.253034
NGN 1621.266858
NIO 38.316373
NOK 11.742495
NPR 144.06728
NZD 1.837827
OMR 0.400823
PAB 1.041475
PEN 3.871987
PGK 4.167447
PHP 60.981808
PKR 290.151533
PLN 4.223677
PYG 8237.619457
QAR 3.791277
RON 4.975738
RSD 117.149829
RUB 103.345661
RWF 1449.456176
SAR 3.905965
SBD 8.824531
SCR 15.005455
SDG 625.806941
SEK 11.454817
SGD 1.411314
SHP 0.857581
SLE 23.636636
SLL 21835.036753
SOS 595.086376
SRD 36.527702
STD 21552.310629
SVC 9.113241
SYP 13538.670384
SZL 19.253458
THB 35.249276
TJS 11.398458
TMT 3.654879
TND 3.327403
TOP 2.438771
TRY 37.117542
TTD 7.074813
TWD 34.06045
TZS 2629.22167
UAH 43.741759
UGX 3832.605711
USD 1.041276
UYU 45.576175
UZS 13541.794113
VES 57.991537
VND 26125.614546
VUV 123.622376
WST 2.916434
XAF 654.182811
XAG 0.033784
XAU 0.000378
XCD 2.814101
XDR 0.802424
XOF 654.430405
XPF 119.331742
YER 259.329891
ZAR 19.275575
ZMK 9372.736948
ZMW 29.030431
ZWL 335.290443
Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera
Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera / Foto: Anne RENAUT - EUROPEAN SPACE AGENCY/AFP

Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera

Después de 24 años estudiando el escudo magnético de la Tierra, el satélite Salsa se desintegrará el domingo con una reentrada a la atmósfera que, según la Agencia Espacial Europea (ESA), le garantizará un final "limpio".

Tamaño del texto:

Salsa es uno de los cuatro satélites de la misión Cluster que llega a su fin. Lanzada en 2000, esta ha permitido conocer mejor la magnetosfera, el potente escudo magnético que protege la Tierra del viento solar y la hace habitable.

La ESA ha previsto una reentrada "orientada" para que el satélite se precipite en una zona geográfica determinada y en un momento preciso, pero sin tener control sobre él durante su regreso a la atmósfera.

Para este proceso inédito, los operadores de la ESA llevan desde enero realizando una serie de maniobras para garantizar que la reentrada de Salsa tenga lugar en una región remota y poco habitada del Pacífico Sur, frente a Chile.

Esta reentrada dirigida es posible gracias a la órbita excéntrica (con una trayectoria oval) de Salsa, que tarda dos días y medio en dar la vuelta al planeta.

En su apogeo, el satélite se sitúa a 130.000 km de la Tierra, pero luego se acerca a apenas unos cientos de kilómetros en su perigeo, el punto más cercano al planeta de su trayectoria.

Como el satélite es muy sensible a las fuerzas gravitacionales de la Luna y del Sol, la altitud en el perigeo puede variar en varias decenas de kilómetros en cada órbita.

"El desafío que hemos tenido que enfrentar para llevar el satélite a buen lugar fue asegurarnos que, en las dos últimas órbitas, este descendiera en la primera a unos 110 o 120 kilómetros. Y luego, en la órbita inmediatamente siguiente, que descendiera a 80 kilómetros, una región del espacio ya dentro de la atmósfera donde tiene más opciones de quedar completamente calcinado", explicó a la prensa Bruno Sousa, jefe de la unidad de operaciones de misiones del sistema solar interno de la ESA.

Cuando un satélite regresa a la atmósfera terrestre, que teóricamente llega hasta los 100 km de altura, la fricción intensa con las partículas atmosféricas y el calor generado provocan su desintegración. Pero algunos fragmentos pueden resistir y llegar a la superficie del planeta.

- Objetivo "cero residuos" -

Los científicos esperan poder determinar el lugar de la reentrada en la atmósfera con un margen de varios cientos de metros con tal de enviar un avión a 10.000 metros de altitud para observar la desintegración del satélite de 550 kg y sus restos, que deben representar menos del 10% de su masa.

Los otros tres satélites de la misión Cluster, cuyo regreso está previsto para 2025 y 2026, permitirán nuevas observaciones con velocidades, ángulos y condiciones atmosféricas distintos en su reentrada.

"A partir de esto podemos aprender más sobre los tipos de materiales que sobreviven al proceso de combustión para que en el futuro podamos construir satélites que puedan evaporarse por completo en este proceso", señaló Sousa.

El problema de los residuos espaciales se ha agravado en las últimas décadas. Para hacerle frente, la ESA se comprometió en 2023 a generar "cero residuos" en sus misiones concebidas a partir de 2030.

"Hay dos riesgos principales ligados a los residuos espaciales", explicó Benjamin Bastida-Virgili, ingeniero especializado en este tema en la agencia europea.

"El primero es que, en órbita, un satélite corre peligro de entrar en colisión con un trozo de residuo espacial, lo que genera una suerte de efecto cascada y más residuos, poniendo así en peligro a otras misiones", señaló.

El segundo está vinculado a su reentrada en la atmósfera. A diario se encuentran en la superficie terrestre materiales procedentes del espacio como fragmentos de antiguos satélites o etapas superiores de cohetes.

"Intentamos idear los satélites de manera que se desintegren mejor en la atmósfera, para que ardan por completo en su reentrada de modo que ningún trozo llegue al suelo y no haya riesgo para la población", explica.

De todos modos, el riesgo es mínimo. Según la ESA, la probabilidad de que una de estas piezas golpee una persona es inferior a una por cien mil millones, 65.000 veces más remota que la posibilidad de ser alcanzado por un rayo.

H.Takahashi--JT